Uno de las maravillas que el mundo les ha dado a todos sus habitantes han sido las montañas. ¿Se puede imaginar que el mundo fuese plano? Pues a Cristóbal Colón lo hubiese asesinado en su barco de ese cierto, pero mucho más que ello sería que la mente de cada individuo del planeta también fuese plana.
La belleza en el mundo es relativa, imagínese que viviera en un planeta donde doto fuese lodo, simplemente todo fuese pantano y arena de distintos tonos; pues entonces existiría un patrón de belleza para eso, el ser humano adaptaría su criterio de belleza para encontrar en algo de ese paisaje hermoso. Pero por suerte, en el planeta tierra abundan los colores, y las texturas, que no son más que la luz que el sol refleja sobre los objetos y las sensaciones que percibimos a través del sentido del tacto.
En muchas partes del mundo adoran las montañas como dioses, y si bien no es un ente que les proporciona la vida o de donde se originó la vida, que aún se desconoce el origen, les proporciona todos los elementos naturales que estos necesitan para vivir.
Imagínese por ejemplo en el Tíbet, donde existen poblados hasta cuatro mil metros de altura, que no muchas personas podrían vivir en estas condiciones tan extremas, donde el suelo es sumamente árido y el oxígeno es muy poco para una persona común. Y aunque es muy difícil encontrar partes de la civilización moderna como vehículos motos 125 o motos chinas baratas, las personas que aquí habitan le dan gracias a las montañas por proporcionarles el agua de sus glaciares que se encuentran más arriba y forman pequeños ríos de agua a través de sus pueblos, y le permiten que aunque sea cerca de esos pequeños riachuelos la tierra sea un poco más fértil que en el resto de los valles en los que residen. Este tipo de agradecimiento es el que todas las personas del mundo deberían tener por el medio que les rodea.
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